La imagen y la reputación son dos de los principales valores intangibles de la comunicación.
La imagen que se guarda de un país a otro es una variante de suma importancia, ya que no solo determina el grado de confianza para invertir sino para la sana convivencia político y cultural entre el concierto de naciones.
La marca país se mide actualmente por diversos indicadores internacionales. Hay mediciones privadas que hacen los grandes consorcios internacionales para conocer los grados de confiabilidad para inversión comercial en sectores como el turismo y la cultura.
«En los últimos años, los gobiernos han optado por utilizar estrategias temporales para lograr diferenciarse de otras naciones, destacar sus ventajas competitivas en los mercados globales, pero también lograr influencia política a nivel internacional»
Las afectaciones serán severas para ambos lados. La guerra no hará tregua con la imagen internacional ni con la reputación de los involucrados.
Todas las naciones independientemente de su posicionamiento y su mensaje político a favor, en contra o de abstención de la guerra generan percepciones positivas y negativas que afectarán sin duda a su propia imagen.
La gestión de las negociaciones para conciliar las diferencias desde los liderazgos de cada país, será fundamental en el escenario geopolítica y la percepción que desde el exterior se tenga de ellos; una cuestión no menor que podría jugar a favor o en contra de los intereses particulares de cada una.