Por Javier Esquivel

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En toda estrategia de comunicación electoral o de gobierno no pueden faltar 5 tácticas activas para lograr el posicionamiento deseado.

Si bien es cierto, que la estrategia debe contemplar el relato, el marco coyuntural, el mensaje, el campo de batalla y las causas sociales que abanderas, las tácticas activas son la piedra angular que determina la acción de tu comunicación.

Uno de los problemas más comunes y evidentes para comunicar la política o para lograr un posicionamiento adecuado es la carencia de una de estas tácticas.

Muchas de las personas que se dedican a la política transitan por sus propias redes sociales -y los más afortunados por medios de comunicación convencional- sin definir un rol táctico que desempeñar.

El no definir esa táctica no solo evita que la gente identifique tu postura, sino que los obliga a ser indiferentes a tus mensajes y por consecuencia a que no exista recordación de tu marca política.

El no resolver estos problemas de comunicación y de posicionamiento ha generado que actores políticos con grandes aspiraciones se queden en la orilla de la toma de decisiones. Al no contar con este importante elemento, los elimina de la mira partidista y social para ocupar un cargo de elección popular por su baja representatividad.

Para que no te quedes reproduciendo efemérides o posteando solo imágenes de tus reuniones y esperar el llamado a la acción te compartimos 5 tácticas infaltables en toda estrategia de comunicación:

Primera táctica activa: Vender

Nicolás Maquiavelo refería que «Los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver y pocos comprenden lo que ven».

El posicionamiento político es una lucha de percepciones y no de realidades -tal y como sentenciaba el filósofo político italiano- por lo que informar, motivar, persuadir tu razón política de existir es inevitable.

Vender es hacer que tu opción y oferta política sea mejor aceptada y publicitada que la de tu competidor o del rival a vencer.

No basta con pedir un cargo de elección popular o decir que es lo que haces para mejorar tu comunidad. Hoy es una obligación decir y demostrar con hechos que también puedes hacerlo mejor que los que hoy deciden y tienen la autoridad.

El vender no solo es colocar en la imagen de tu audiencia las soluciones que ofertas, sino que en la actualidad es imperativo ponerlas a su alcance.

Nadie compra lo que no conoce, sentencia el aforismo, así que es tiempo de masificar, segmentar. Es la hora de vender.

Segunda táctica activa: Atacar

En un ambiente político y social polarizado la táctica del ataque se ha convertido en una alternativa rentable para muchos personajes políticos. Sin embargo, hay que utilizarla con conocimiento y con metodología.

Se puede atacar las ideas, la trayectoria profesional, los proyectos, el resultado de las políticas de tu rival, pero no atacar la dignidad de las personas o su círculo familiar.

El que gana una elección no es porque suma más votos, sino que también desmotiva, resta y mina las simpatías adquiridas de su rival.

La metodología de ataque, que abordaremos en otro artículo, implica el uso de narrativas a prueba de balas, mensajes que motiven a las emociones de castigo y enojo y obliga a la segmentación mediática y microsegmentación demográfica y territorial.

El atacar por atacar no suma, es un bumerang para tu proyecto. Hacerlo con estrategia y credibilidad te posiciona con un arquetipo rentable y te genera visibilidad.

Tercera táctica activa: Contraatacar

De las 5 tácticas básicas, el contratacar implica el tener esa capacidad de provocar a tu rival, de engañarlo con la verdad, motivarlo a caer en el error a actuar instintivamente para luego contraatacarlo con gran fuerza.

El contraataque es altamente efectivo cuando se efectúa en el momento correcto y oportuno, con el spin efectivo con argumentos sólidos y viralizables.

En una contienda de largo aliento como puede ser una precampaña o la defensa de un gobierno, el contraataque es imparable si se genera en varios frentes. El saber gestionar el mensaje y administrar la crisis de tu rival en esta técnica, es la clave.

Cuarta táctica activa: Defender

No hay nada más honorable que defender con honestidad, con la verdad y con la justicia.

La defensa de una idea o un proyecto amerita narrativas no solo emocionales como en la venta. El aplicar esta táctica requiere de elementos como una alta dosis empatía con los beneficiarios de la defensa y una reputación y prestigio a prueba de balas para que sea efectiva.

Muchas personas que intentan defender o capitalizar causas sociales, como la aprobación del presupuesto federal, la defensa de los derechos humanos etc., fallan sencillamente porque no hay una trayectoria o antecedente que avale esa acción.

En la actualidad vemos que las narrativas y acciones de defensa fracasan por ser percibidas como una acción que tiene la intención de capitalizar el momento y por la débil credibilidad del defensor.

Sin embargo, el posicionarse como defensor legítimo y reconocido de una causa social, empodera y genera un alto blindaje reputacional.

Muchos de los actuales líderes mundiales no son recordados por sus logros o por la efectividad de sus gobiernos, son populares y bien queridos por su tarea histórica de defender a quien lo necesitan.      

Quinta táctica activa: Ignorar

El ignorar no solo es no prestar atención al ataque de un rival o fingir la existencia de un problema.

El uso de esta quinta táctica activa implica generar todas las condiciones necesarias para disuadir la acción del contendiente, es generar los distractores necesarios para minimizar la atención pública sobre el tema.

Mantener ocupado a tu contrincante con otros temas o en la defensa de otros frentes te permitirá restar importancia a los ejes donde podrías mantener mayor debilidad.

Ignorar no es la negación, es la capacidad de hacer que se ponga la atención en otro escenario.

El uso de una o de varias tácticas es conveniente en tu estrategia de comunicación, sin embargo, siempre habrá una que te genere mayor rentabilidad electoral, así como también mayor conocimiento, aceptación y reconocimiento.

El saber que tácticas activas debes usar depende mucho de contexto social de tu país, región localidad y del rol que juegues en la política ya sea como activista social, gobierno o en la oposición.

No obstante, el no usar ninguna te puede llevar al terrible anonimato y pasar por desapercibido.

Las tácticas activas logran entre otras muchas cosas postulaciones electorales, posicionamiento efectivo de gobiernos y partidos políticos.

El no usarlas mantendrá a tus estructuras y cuadros políticos posteando en redes fotos del pasado o realizando gestiones de promotores culturales y gastronómicos de sus distritos.

Javier Esquivel

@JavoEsquivel

México. Consultor internacional especializado en comunicación de gobierno, legislativa y campañas electorales. Con más de 20 años de experiencia, ha asesorado gobiernos, parlamentos y partidos políticos en México y América Latina.

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