por Ángel Arce

No hay duda de que el eje comunicacional en que se sustenta la estrategia mediática y discursiva del Gobierno de México, gira entorno a la imagen y la personalidad política que se forjó durante tres contiendas electorales al hilo a hombros del personaje de Andrés Manuel López Obrador.

La “mañanera” y las arengas de cada evento en donde el jefe del Ejecutivo es el orador, son el principal canal de interlocución con un amplio sector de la población con la que cuenta el gobierno de la 4T. Es uno de los elementos que sustentan la alta popularidad y legitimidad de las que goza AMLO recurriendo a la empatía generada por el lenguaje coloquial y corporal que utiliza el presidente.

A pesar de lo anterior, parece que esta característica comunicacional y discursiva, empieza a no ser suficiente.

La comunicación institucional del Gobierno de México, es eclipsada prácticamente en todas sus áreas y dependencias e incapaz de comunicar de manera asertiva los avances, los aciertos y las acciones que la actual administración federal, ha conseguido en los 7 meses que han transcurrido del nuevo gobierno.

Sean los resultados del “combate al huachicol,” la implementación de la política de fortalecimiento y defensoría de los Derechos Humanos, así como la creación de la “Comisión de la Verdad” para encontrar a las y los desaparecidos de la “Guerra contra el Narcotráfico”; han resultado medidas menores ante la imagen de López Obrador.

En tiempos de las Tics, el ciber-activismo ha resultado importante enfocándolo en objetivos específicos. De acuerdo a la teoría de la “Espiral del Silencio” aquello que no se comunica, para efectos de la opinión pública, no existe.

Por ello, la estrategia de comunicación institucional del Gobierno de México, debe hacer  un rápido viraje hacia la difusión de mensajes, producción de contenidos y activación en el ciberespacio que posicionen de manera efectiva, las acciones de la actual administración en favor de la sociedad mexicana en su conjunto y que legitimen el proyecto de nación que el presidente Obrador, pregonó por 18 años consecutivos,

La improvisación y la reacción comunicativa tardía ante problemáticas como la del Instituto Mexicano de la Radio, y otros más, sustentándose únicamente en el discurso del presidente, podría no ser suficiente para mantener el respaldo popular y legitimidad de la 4T ante un electorado cada vez más informado, crítico, ávido de resultados y nativo del entorno digital.

Sin duda la Cuarta Transformación cuenta con perfiles valiosos, acciones importantes y la intención de cambiar el paradigma político, social y económico de México, pero si no comunica bien, creativa y efectivamente, estará destinado a ser relavado en tan solo seis años, pues el poder, hoy en día es más difícil de obtener y retener, así lo demuestran las recientes revoluciones a en todo el Globo. Un riesgo que ningún gobierno debería correr.

 


Fotografía Ángel Arce Ortiz Ángel Arce

@AngelArceComPol

México. Consultor en Comunicación Política y activista digital


 

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